
El impacto del microbioma en cosmética
Lola, ¿por qué crees que sigue tan normalizado el dolor menstrual o el síndrome premenstrual?
Se estima que más del 80% de las mujeres en edad fértil experimentan síntomas premenstruales que afectan su calidad de vida, y aún así, muchas creen que es 'normal' vivir con dolor o irritabilidad mes a mes.
Aunque sea común, es importante que entendamos que no es normal. Porque hemos crecido en una cultura que nos ha enseñado que ser mujer implica sufrir. Pero no es verdad. El dolor, la irritabilidad extrema, la fatiga... son señales del cuerpo. No es que estemos rotas, es que necesitamos apoyo. Y una gran parte de ese apoyo puede venir de algo tan básico y poderoso como la nutrición.
¿Qué papel juega la alimentación en el equilibrio hormonal?
Un papel crucial. Las hormonas se fabrican a partir de lo que comemos. Cuando hay deficiencias nutricionales, inflamación o desequilibrios de azúcar en sangre, las hormonas lo reflejan. Nutrientes como el omega 3, el magnesio, la vitamina D o el hierro en casos específicos, marcan una diferencia enorme. También la cúrcuma, por su efecto antiinflamatorio, puede ayudar a aliviar el dolor de forma natural. No es magia, es fisiología.
¿Cuáles son, entonces, las claves de una buena nutrición hormonal?
Primero, comer lo suficiente. En la cultura de la dieta, todavía hay mujeres cenando cereales “de dieta” o pollo y lechuga cada día. Además, será clave estabilizar el azúcar en sangre: priorizar proteínas, grasas saludables y eliminar excesos de ultraprocesados. No temerle a las grasas como el aceite de oliva o el aguacate, pues son claves para la formación de hormonas. Incluir carbohidratos en forma de fibra como las verduras y la fruta e incluir suficientes proteínas a lo largo del día y en todas las comidas.
Otro factor importante, apoyar el hígado, que es el gran regulador hormonal, con verduras amargas, crucíferas, buena hidratación y descanso, especialmente en la fase premenstrual. Y por supuesto, cuidar el intestino, porque gran parte del equilibrio hormonal depende de una correcta eliminación de estrógenos. Comer para regular hormonas es comer para nutrir el cuerpo de verdad.
¿Y cómo podemos apoyarnos con la suplementación?
La suplementación no reemplaza la base, pero la potencia. Omega 3 de calidad para reducir inflamación, magnesio bisgliscinato para regular el sistema nervioso y evitar la deficiencia que existe a nivel global, vitamina D como moduladora hormonal y hierro si hay deficiencia real (especialmente en sangrados abundantes). Para el dolor, podemos apoyarnos de la cúrcuma por ser un gran aliado natural. Todo esto debe ir acompañado de una visión personalizada, por supuesto.
Como profesionales de la salud, tenemos una oportunidad preciosa de devolverle a las mujeres el conocimiento y el poder sobre sus cuerpos. La farmacia también puede ser un punto de contacto clave para detectar desequilibrios hormonales y recomendar apoyos eficaces desde la nutrición y la suplementación.
Hablas mucho de que las mujeres deben registrar su ciclo. ¿Por qué es tan importante?
Porque nuestro cuerpo cambia cada semana. No tenemos las mismas necesidades en fase ovulatoria que en fase premenstrual. Registrar el ciclo nos permite conocernos, anticipar nuestras necesidades y dejar de pelear con nosotras mismas. Es un acto de autoconocimiento, pero también de prevención en salud.
Has creado un podcast y pronto publicas un libro. ¿Qué quieres lograr con estos espacios?
Democratizar esta información. Que cualquier mujer pueda acceder a herramientas reales para vivir su ciclo con más armonía. Hay mucho por hacer desde la medicina, sí, pero también desde la divulgación. Cuando una mujer entiende cómo funciona su cuerpo, todo cambia. Y mi misión es recordárselo.