El modelo e-learning es altamente atractivo, ya que facilita y agiliza la actualización continua del conocimiento, los productos y las novedades, de manera que los formadores pueden poner el énfasis y la intención en las acciones de futuro que ofrezcan ventajas competitivas en sus organizaciones.

Los profesionales de la industria farmacéutica tienen cada vez más una formación muy cualificada y familiarizada con los entornos informáticos. Muchos de ellos (los visitadores, por ejemplo) trabajan ya de forma autónoma, con un PC portátil en el que realizan sus rapports y llevan al día su acción profesional. Esta circunstancia, unida a las facilidades de acceso a Internet o a la Intranet de su organización, hacen del e-learning algo muy cercano y accesible para estos profesionales, y su implantación no requiere, como en otros sectores, una inversión previa en recursos tecnológicos. El e-learning se convierte así en una eficaz herramienta de apoyo a la formación, tanto presencial como puramente on-line. El reto es implicar a los responsables de formación de la Industria, y comprometerlos en los proyectos on-line.

Imagine un visitador que se encuentra esperando en el centro de salud o de atención especializada a ser recibido. En ese tiempo puede conectarse mediante su teléfono móvil (llamando a un teléfono 900 suministrado por su organización) y entrar en un curso de producto, en una mejor práctica, hacer una evaluación, plantearle una consulta al tutor o al experto, etc. Nunca un tiempo muerto podría haberse aprovechado con tanta eficiencia, y el hecho de que muchos de ellos estén familiarizados con un PC hace más sencilla la adaptación al mundo on-line, sobre todo si además contamos con formadores dispuestos a dinamizar los cursos. El papel de tutor/animador de los foros y los chats en las plataformas e-learning contribuye a reforzar el sentimiento de pertenencia a una comunidad y facilitar el intercambio de información con independencia de la dispersión geográfica

El papel del formador
Con respecto al papel del formador de la Industria, en primer lugar, es importante aclarar un malentendido bastante frecuente cuando hablamos de formación on-line, y es que el e-learning no es sustitutivo de la formación presencial, como a menudo se cree. Antes bien, debe formar parte de un concepto más integrador entre metodologías, en el que cada una de ella aporte sus virtudes. En este sentido, la fórmula blend-learning es enormemente interesante.

En segundo lugar, es importante entender que, aunque no lo parezca, el e-learning personaliza la formación, pues el alumno se ve obligado a seguir el trazado del curso y responder a las preguntas del profesor personalmente, mientras que en un curso presencial es más factible pasar desapercibido entre un grupo de varios asistentes. El alumno también participa más, y según estudios las preguntas al tutor se incrementan en un porcentaje muy alto.

De ahí que el papel del formador en el e-learning sea fundamental: de hecho, de él depende casi el 50% del éxito de una acción formativa on-line. No sólo debe tutorizar, dirigir, animar y evaluar en las áreas que sean de su competencia, sino que es el catalizador y facilitador que convierte el entorno e-learning en una herramienta generadora de valor dentro de la industria. Nunca se entendería su ausencia, puesto que el e-learning por sí mismo no tiene capacidad impulsora ni activadora.

Es importante elegir una plataforma LMS dinámica, fácil de usar e intuitiva, que permita al formador la gestión de toda la formación de su organización, tanto presencial, como on-line u outdoor si fuera necesario.

En definitiva, con el e-learning el formador se beneficia en todos los aspectos, ya que pasa a tener una visión más estratégica del negocio y más enfocada en la visión a medio y largo plazo de su organización.