El uso de las nuevas tecnologías ofrece nuevas herramientas y formas de comunicación entre paciente y médico. ¿Pueden sustituir a las sesiones presenciales?
Tecnología, salud y nuevos hábitos
Cada semana podemos encontrar noticias acerca de la aplicación de nuevas tecnologías en el entorno de la salud. No es difícil recordar una aplicación de móvil que nos ha sorprendido hace poco, un sitio Web que trata sobre una patología en particular que acaba de salir o bien comunidades virtuales de médicos o de pacientes alrededor de un contenido de interés común que se acaban de lanzar.
Es cuestión de tiempo que todo el entorno sanitario y en especial la relación médico paciente adopte nuevas formas de comunicación que faciliten, ayuden o complementen a las tradicionales. O, siendo un poco exagerados, cambie todas las formas de comunicarse por otras más eficientes que aprovechen los avances tecnológicos y los nuevos hábitos de la gente.
Recuerdo cuando mi madre vio un anuncio de Windows 95 en televisión, me preguntó: “Hijo, eso es lo que tu haces en el trabajo?”. Yo estaba atónito, mi madre de 50 años preguntándome por el nuevo sistema operativo de Microsoft, que por cierto, era el primero que se anunciaba en la TV!
Desde entonces todo ha cambiado, mi madre tiene un netbook (aunque ya pregunta por su iPad…), sabe que la WIFI hace falta para conectarse sin cables a la ADSL, envía correos sin dificultad, está contenta de tener su teléfono Bluetooth, que le permite hablar con manos libres en el coche y de vez en cuando me recuerda que le actualice el GPS del coche porque hay algunos radares nuevos y han cambiado la velocidad en alguna de las carreteras y autovías cerca de su casa.
Mi madre, si en vez de en 2012 estuviésemos en el 95, con esa descripción sería una “friki” para la gran mayoría. Ahora nada de eso suena raro.
Terapia Online
Voy a analizar un área de la salud en particular: la atención, consejo y tratamiento médico a través de Internet. Y en concreto voy a situar el foco en áreas relacionadas con la salud mental.
En primer lugar vamos a acotar un poco la descripción y el ámbito a analizar.
La e-terapia según la Wikipedia:
E-terapia es el nombre que reciben los tratamientos realizados a través de Internet. También son conocidos como cyberterapia y terapia online, e implican tratamientos psicológicos sustentados en la world wide web. Las e-terapias se utilizan en situaciones en donde las intervenciones tradicionales no son posibles debido a la distancia, la estigmatización o la falta de tiempo. Asimismo las e-terapias pueden constituirse en un complemento a los tratamientos tradicionales.
Como veremos en este artículo, me centraré en analizar las posibilidades de realizar terapia a través de un dispositivo con cámara y acceso a Internet.
Por tanto vamos a ver la incidencia de Internet y las nuevas tecnologías en la relación psicólogo, psiquiatra, terapeuta e incluso “coacher” con su paciente. No nos importa la patología en particular sino la manera en que se comunican y cómo recibe tratamiento el paciente.
Voy a ofrecer datos y estudios principalmente de Norteamérica. Los motivos son que es el país donde más información y estudios al respecto hay , que el cuidado de la salud mental y el apoyo en el psicólogo y psiquiatra es algo natural y poco o nada estigmatizado y que el uso de Internet y nuevas tecnologías está por delante de la mayoría de los países. Entiendo que, salvo las particularidades de cada sociedad o cultura, nos puede dar una idea más clara de hacia a dónde de vamos.
¿Qué dicen los estudios sobre el tema?
Primero vamos a analizar datos sobre que piensa la gente sobre Internet y la salud. ¿Es una fuente de información y servicios fiable?
Una encuesta americana de principios de 2011 determinaba que el 80% de los usuarios de internet de U.S.A. busca información de salud en la red, siendo esta la tercera actividad online más popular, por detrás del email y los buscadores1.
De esas búsquedas de información, el 66 % trata sobre una patología en particular o un problema médico concreto, el 56% es una búsqueda sobre un tratamiento o procedimiento y un 44 % sobre doctores o otros profesionales de la salud.
Parece por tanto que el paciente está dispuesto a encontrar información y ayuda en Internet.
Vamos a intentar responder a las preguntas que hay encima de la mesa en el debate sobre la idoneidad o no de este tipo de terapia.
• ¿Puede la e-terapia o terapia online puede ser considerada un buen tratamiento?
• ¿Puede reemplazar a la terapia presencial?
Hay mucha discusión al respecto. Hay expertos que apuestan por las ventajas de la terapia online y otros que defienden que no puede llegar a ser una alternativa real a la terapia presencial tradicional.
Un ejemplo habitual de los segundos es el siguiente: Una persona con adicción al alcohol puede esconder su aliento detrás de una Webcam pero no a medio metro de distancia. Parece un argumento difícil de rebatir.
Vamos a revisar las conclusiones de diferentes estudios sobre la aceptación o rechazo del cambio a nuevas formas de interactuar con el paciente.
Hace más de 30 años, cuando la tecnología a distancia empezó a aparecer en la estudios científicos, aparecieron quejas y reticencias sobre terapia telefónica que los que aparecen sobre terapia online2.
En el año 2000, un estudio estableció que el 98% de los psicólogos miembros del American Psicological Association utilizaron el teléfono como un medio habitual de terapia3.
El miedo al cambio, a la tecnología o a “lo nuevo” es un motivo clásico de rechazo recurrente en este ámbito así como lo es en la mayoría de disciplinas no tecnológicas.
A mediados de los 90, recuerdo periodistas que pasaban de pantallas de fósforo verde en las que escribían sus artículos a pantallas Apple, en un entorno WYSIWYG en el que podían ver el artículo exactamente igual a cómo se iba a imprimir. Na revolución. De alguno escuché: “Está muy bien, lástima eso del ratón que lo complica todo…”.
En un artículo en el American Journal of Psychiatry, el Dr. Thomas F. Dwyer, un psiquiatra de Massachusetts, dice que ha practicado "telepsiquiatría", a través de teleconferencias por vídeo durante cinco años. Su "adopción por parte de psiquiatras y los pacientes", predice, "se adoptará rápidamente si los organizadores hacen frente a las respuestas irracionales de algunos usuarios."
Lo curioso es que esta predicción es de hace 40 años y que el Dr. Thomas F. Dwyer realizaba la teleconferencia vía satélite a través de señal de televisión. (http://goo.gl/tAuOP).
Intentemos analizar información sobre la efectividad o no de estas técnicas.
Cohen y Kerr llevaron a cabo un estudio sobre la eficacia de la terapia online para el tratamiento de trastornos de ansiedad en estudiantes y encontraron que no hubo diferencias entre ambos tratamientos respecto al nivel de cambio medio según en Inventario de Rasgos de Ansiedad (State-Trait Anxiety Inventory 4)5.
A medida que el principal objetivo de la terapia es el de aliviar la angustia, la ansiedad o las preocupaciones experimentadas por un cliente cuando él o ella entra en la terapia, la terapia online tiene una gran eficacia bajo esta definición6.
Un estudio de 2003 concluye que los resultados de la terapia telefónica no son significativamente diferentes que la terapia presencial7.
The Lancet ha publicado estudios que demuestran que la terapia online sobre comportamiento cognitivo es tan eficaz como la tradicional presencial para el tratamiento de la depresion8.
Aparentemente hay suficientes estudios como para empezar a tener en cuenta la terapia online como una alternativa eficaz.
¿Saben ustedes quien fue el primer psicoanalista que utilizó la terapia a distancia?
Pues sí, él! Sigmund Freud trató durante años a diferentes pacientes mediante de cartas.
De acuerdo, es una opción terapéutica pero ¿Ofrece más ventajas?
Una vez parece que tenemos una alternativa que funciona desde el punto de vista terapéutico, vamos a enumerar las posibles ventajas adicionales que puede proporcionar.
Ventajas logísticas
1. El paciente puede acceder a la terapia con mayor frecuencia y el número de sesiones canceladas disminuye9.
2. En ocasiones es la única alternativa para zonas sin servicios sanitarios cercanos.
3. La gente con problemas de movilidad pueden ser atendidos sin moverse de casa.
4. Se ha demostrado muy efectivo para la adherencia al tratamiento de pacientes con problemas para concertar cita en horas de trabajo.
5. Ofrece facilidades para establecer un servicio de urgencias
Ventajas para el tratamiento
1. En general el paciente está menos intimidado, más cómodo. Por tanto los clientes suelen ser más honestos y eso ayuda al diagnóstico del profesional10.
2. Se crean barreras adicionales que evitan el vínculo emocional entre terapeura y paciente.
3. Pacientes desplazados de su entorno social y cultural reciben mejor tratamiento online al poder acceder a un terapeuta de en su misma lengua y de su mismo origen cultural11.
4. Es posible recibir asistencia terapéutica de manera anónima.
Ventajas para el terapeuta
1. Aumenta la capacidad (y por tanto ingresos) para atender a más pacientes con menos infraestructura.
2. Incrementa la frecuencia ( y por tanto ingresos ) de sesiones para un mismo paciente.
3. Posibilidad de ofrecer terapia fuera de horas laborables del consultorio o clínica.
4. Servicios en la nube se encargan de gestionar el pago, la agenda y otras tareas administrativas.
5. Herramientas adicionales (por ejemplo: aplicaciones móviles) pueden incrementar la calidad del tratamiento y la adherencia al mismo.
6. Posibilidad de grabar la sesión y obtener asistencia y supervisión de la terapia y las sesiones.
Ante tal avalancha de ventajas, ¿Cómo es que no se ha popularizado ya?
La verdad es que da la sensación de que estamos justo en el inicio de dicha explosión. Luego repasaremos las iniciativas que ya son una realidad.
Parece que el mayor freno es que los profesionales parece que se sinten menos satisfechos con la terapia online mientras que los pacientes demuestran mayor grado de aceptación y satisfacción12.
Como comentaba al principio, la resistencia al cambio es una conducta habitual del ser humano. Claro que siempre hay excepciones:
“Si hubiese preguntado a mis clientes que querían, me hubiesen dicho que un caballo mejor”
Henry Ford
Iniciativas en marcha
Ya existen ya iniciativas sólidas en este campo. En Estados Unidos tenemos innumerables ejemplos: www.salubri.net, www.asktheinternettherapist.com, www.americanwell.com, www.habilto.com o www.hellohealth.com.
En Canadá encontramos a www.healthware.ca y en Europa, en particular en países escandinavos y reino Unido a www.mentaline.com.
Es curioso ver el enfoque puramente comercial de algunos ejemplos norteamericanos, no os perdáis la campaña y posicionamiento de HelloHealth.com, que expone como mayor ventaja del producto la capacidad de obtener más ingresos.
Algunos destacan por su imagen amigable y orientada al paciente como Salubri, otros se apoyan mucho en la tecnología como American Well y en Europa tenemos a Mentaline que se centra en ofrecer un buen directorio en el que encontrar al mejor terapeuta online para tu necesidad y dónde puedes contrastar opiniones de otros usuarios antes de elegir.
Actualmente hay muchos profesionales en España improvisando sesiones a través de Skype por diferentes razones. Desde la dificultad de una persona con problemas de adicciones para asistir a su sesión ambulatoria semanal o mensual (el centro donde se desintoxicó suele estar alejado de núcleos urbanos, e incluso en una comunidad diferente en la que vive) hasta el hecho, como me comentaba un amigo, que la psicóloga se ha ido a vivir al extranjero y la única manera de seguir trabajando y mantener el tratamiento a sus pacientes han sido las sesiones vía Skype.
Distintas culturas, distintas velocidades
Es evidente que las diferencias culturales entre países e incluso continentes van a influir en la velocidad de la adopción de este tipo de comunicación entre pacientes y médicos. Leí en un artículo americano como el autor describía irónicamente que una de las ventajas de la terapia online era que “no hace falta encontrar parking para asistir a la sesión”.
Allí no es problema alguno explicar que uno viene del psicólogo o que recibe sesiones. En España todavía es un tema que se oculta o por lo menos se evita. Aquí, además del parking, la ventaja del anonimato y discreción puede ser fundamental para su éxito.
La infraestructura sanitaria, la influencia de la administración pública en la gestión sanitaria de un país, e incluso la disciplina médica en particular que pretendamos “digitalizar” afectarán indudablemente a esa velocidad de adopción.
Volvamos a mi madre… ¿era posible pensar en el 95 que, en caso de necesitarlo, ella aceptaría ayuda terapéutica a través de un ordenador, una Webcam y una conexión a Internet? Por supuesto que no. Seguro que parecería una broma en todos los sentidos.
¿Y ahora? ¿No parece razonable pensar que, incluso para ella que tiene 65 años, es una alternativa más para recibir terapia online?
Y si nos preguntamos sobre los nativos digitales, por ejemplo mi hija de 7 años. Cuando entienda qué es eso de tener sesiones con el psicólogo o psiquiatra, me imagino el tipo de preguntas que me hará: “¿De verdad teníais que desplazaros e invertir tres horas para recibir una hora de terapia? ¿No podíais elegir médico ni ver opiniones de otros? ¿Entonces cómo sabíais que era una buena opción?”.
¿Dudáis de que opción preferirán los nativos digitales?
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1 Pew Internet Project and California Healthcare Foundation, Febrero 2011 · URL: http://goo.gl/4F8D1· Informe PDF: http://goo.gl/xEw3v
2 Lamb, C.W. (1969). "Telephone therapy: some common errors and falacies". Voices: the Art & Science of Psychotherapy 5: 42–46.
3 VandenBos, G.R.; Williams, S. (2000). "The internet versus the telephone: What is telehealth anyway?". Professional Psychology: Research and Practice 31 (5): 490–492.doi:10.1037/0735-7028.31.5.490 (http://goo.gl/ozBZh)
4 Charles Spielberger es un destacado psicólogo clínico/comunitario. Reconocido por el desarrollo del Inventario de Rasgos de Ansiedad (State/Trait Anxiety Inventory —STAI—) • http://goo.gl/fm6MY
5 Cohen, G.E.; Kerr, B.A. (1998). "Computer-mediated counseling: An empirical study of a new mental health treatment". Computers in Human Services 15: 13–26.
6 Mallen, Michael J.; David L. Vogel (November 2005). "Introduction to the Major Contribution Counseling Psychology and Online Counseling". The Counseling Psychologist 33(6): 761–775. doi: 10.1177/0011000005278623. (http://goo.gl/E3NVe) Retrieved 4 May 2011.
7 Sangha, K.K.; Dircks, A., Langlois, S. (2003). "Assessment of the effectiveness of genetic counseling by telephone compared to a clinic visit". Journal of Genetic Counseling 12 (2): 171–184. doi: 10.1023/A:1022663324006 (http://goo.gl/veB57)
8 Kessler, David; Lewis, Kaur et al (August 2009). "Therapist-delivered internet psychotherapy for depression in primary care: a randomised controlled trial". The Lancet 374 (9690): 628–634. doi:10.1016/S0140-6736(09)61257-5 (http://goo.gl/9QJUW). Retrieved 4 May 2011.
9 Glueckauf, R.L.; Fritz, Ecklund-Johnson, Liss, Dages, Carney (2002). "Videoconferencing-based family counseling for rural teenagers with epilepsy". Rehabilitation Psychology 47: 49–72. doi:10.1037/0090-5550.47.1.49 (http://goo.gl/ZhuIa),
10 Spiro, R.H.; Devenis (1991). "Telephone Therapy: Enhancement of the psychotherapeutic process". Psychotherapy in Private Practice 9: 31–55.
11 Sue, D.W. (1999). Counseling the Culturally Different, theory and practice. John Wiley.
12 Dongier, M.; Templer, R., Lalinec-Michaud, M., Meuneir, D.. "Telepsychiatry: Psychiatric consultation through two-way television: A controlled study". Canadian Journal of Psychiatry 31: 32–34.
Randall Stross. (Julio, 2011). The Therapist Will See You Now, via the Web New York Times. (http://goo.gl/JQSqW)