A modo de resumen, ¿qué es Synuptic y qué aporta al sector del marketing farmacéutico?
Es difícil definir a Synuptic en pocas palabras porque es un proyecto que está vivo y que va cambiando por momentos para adaptarse a las personas que trabajamos aquí y a nuestros clientes, que también evolucionan. No somos muy de poner etiquetas, pero yo diría que Synuptic es un partner que impulsa a las agencias de marketing farmacéutico a hacer brillar su creatividad apoyándose en la ciencia. Aportamos el conocimiento técnico y la rigurosidad imprescindibles para comunicar en el sector, pero con una visión estratégica y creativa que permite a nuestros clientes desarrollar desde un material promocional a un plan estratégico de lanzamiento.
El año pasado iniciasteis un restyling de la marca, ¿en qué se ha traducido?
Llevábamos unos años intentando hacer este cambio de imagen, buscando algo que nos representara mejor como equipo y como empresa. Al fin y al cabo, Synuptic nació hace una década, cuando decidí dejar la agencia en la que trabajaba como redactora científica y empezar a hacerlo como freelance desde casa (entonces, la palabra teletrabajo aún no existía en nuestro diccionario laboral). En el camino el proyecto ha crecido, de ser un portátil y una persona escribiendo hasta un equipo humano de alto nivel repartido por varias ciudades y, como centro neurálgico, una oficina en el centro de Madrid. Quizá esa evolución requería también un cambio de imagen, e incluso de nombre porque muchos clientes no saben pronunciarlo bien (si nos llamas “sinaptic” lo haces bien). Pero nos dimos cuenta, después de analizarlo mucho y valorar numerosas alternativas, que el nombre nos define como equipo igual que cuando empecé en solitario. Synuptic viene de la palabra griega “synapsis” que es el espacio donde fluye la comunicación entre dos neuronas. Y eso es lo que seguimos siendo, un espacio de creación científica donde ahora hay más neuronas, y más preparadas, pero donde seguimos trabajando con la misma energía, la conexión y la pasión de cuando empecé en el salón de mi casa.
Y este año cumplís 10 años, ¿cómo ha cambiado el sector health desde que empezasteis?
Yo diría que en estos 10 años el sector Health ha cambiado bastante. A nivel de clientes, ha habido una explosión de nuevas agencias tipo boutique, más pequeñas, más frescas y más adaptadas a los nuevos tiempos. Con mayor identidad creativa, pero, a su vez, con menos recorrido en el sector salud o sin un departamento científico interno. Por otro lado, las grandes agencias han sufrido procesos de fusión y se han convertido en gigantes que mueven grandes cifras de negocio pero que, a veces, pierden esa magia de lo artesanal, de la personalización del proyecto a medida de cada cliente. Con ambos perfiles de agencias trabajamos muy bien. A las primeras le damos ese soporte científico necesario que no tienen internamente y que es fundamental para crecer en el sector. Las segundas nos tienen como una especie de seguro de vida, para momentos de carga de trabajo desmedido, en los que necesitan apoyo externo de calidad para llegar a cumplir los plazos de sus clientes.
Por otro lado, los laboratorios también han ido evolucionando en sus estrategias. Hace una década, los equipos locales tenían más libertad para crear sus campañas y diseñar sus planes de marketing. Hoy prácticamente viene todo marcado desde global y hay poco margen de maniobra. Para todos, eso ha supuesto un gran reto porque hemos tenido que seguir innovando desde el punto de vista de la sinergia entre la creatividad ya marcada y la ciencia ya publicada, hacia campañas y planes estratégicos que respiren la realidad española. Además, se está incorporando la visión patient centrity en las estrategias de los laboratorios, en diferente grado según cada uno, y eso impacta también en los proyectos que ponemos en marcha y en los objetivos que se persiguen. Cabe señalar también que la relación de la industria con los prescriptores ha evolucionado en la última década, hacia un modelo más orientado al servicio de valor y alejado de la clásica relación comercial. Esto nos pone en una buena posición a nosotros que trabajamos en proyectos donde impregnamos cada acción de ciencia y de impacto clínico.
En definitiva, el sector va evolucionando y Synuptic también, adaptándose al entorno cambiante que nos desafía en el día a día.
¿Qué es lo que más te gusta de trabajar en Synuptic?
Cuando hago esa misma pregunta a cualquier persona del equipo la respuesta siempre es: “me gusta que cada proyecto sea distinto”. Y yo, pienso igual. El principal reto que supone trabajar en este sector como redactora científica es la necesidad de moverte con fluidez entre conceptos y conocimientos que no siempre tenemos controlados. Aprender cada día, seguir en la investigación, como cuando me ponía la bata cada mañana en el laboratorio, pero con un ordenador y una conexión a Pubmed siempre abierta. Tener la oportunidad de hacer un advisory board o un proyecto formativo con alguno de los brillantes líderes de opinión que tenemos en este país, es un regalo que nos brindan con frecuencia nuestros clientes. Tener acceso a la innovación tecnológica en salud de primera mano es un privilegio a la vez que una responsabilidad. Nos sentimos parte de esa aventura que es el lanzamiento de nuevos tratamientos que van a cambiar la vida de los pacientes. Estuvimos cuando la inmunoterapia irrumpió en el arsenal terapéutico oncológico, cuando prácticamente se erradicó la hepatitis C con los nuevos antivirales, y por supuesto, cuando nuestra vida como sociedad dependía de la solidez de los datos clínicos que tuviera una vacuna frente a la COVID-19. Formar parte de la historia de la evolución de la salud, aunque sea con un pequeño granito de arena, es lo que, a mí, y estoy segura de que al equipo completo de Synuptic, más nos motiva.
¿Qué reto os supone trabajar para diferentes agencias?
Bueno, más que un reto es casi un estilo de vida, diría yo. Nos gusta trabajar con diferentes agencias porque, como he dicho antes, cada una tiene una identidad creativa y un foco en cliente ligeramente distintos. Por lo tanto, cada agencia nos ofrece oportunidades diferentes para desarrollar los proyectos. Algunas nos piden todos los materiales promocionales de un producto, por ejemplo, y otras cuentan con nosotras para el desarrollo de campañas globales o de estrategias de lanzamiento a través de nuestro servicio de consultoría científica. No puedo negar que es complejo, nos ceñimos a estrictos marcos de confidencialidad para respetar el trabajo de cada agencia y no interferir en su relación con el laboratorio. Pero lo fundamental para que la fórmula funcione es la transparencia y la confianza. Con muchos clientes llevamos trabajando prácticamente toda esta década, lo que demuestra que la ecuación funciona cuando nos suman en sus proyectos.
¿Cómo es el equipo que te acompaña en esta aventura?
El equipo de Synuptic, o como nos gusta llamarnos el SynupTEAM, es maravilloso. En 10 años, puedo decir que he conseguido reunir a buenas personas que son grandes profesionales, de diferentes perfiles técnicos y emocionales, pero que empastan a la perfección como las voces de una coral. Tras 3 años de trabajo como freelance, Synuptic empezó a crecer de forma natural, incorporando a nuevo talento cuando la situación lo requería. El nacimiento de mi hijo me “obligó” a buscar ayuda para no tener que dejar de lado a mis clientes, y así empezó todo. Luego la pandemia multiplicó el trabajo que entraba y duplicamos el equipo. Ahora, me parece increíble que seamos ya 11 personas, con las dos incorporaciones más recientes, haciendo cada vez más grande este proyecto, no desde la cifra de negocio sino desde lo humano. En el equipo, hay biólogos, farmacéuticos, médicos, investigadores, perfiles técnicos de alto nivel, y también un equipo de gestión que coordina con vehemencia y eficiencia cada proyecto que ponemos en marcha. Sin el Synupteam, yo solo sería una redactora freelance más, sentada en el salón de su casa. Con ellos, me siento capaz de llegar muy lejos.
¿Cómo te imaginas Synuptic dentro de otros 10 años?
Me imagino Synuptic evolucionada hacia un modelo de empresa más social, con mayor impacto. Pero no porque vayamos a “salirnos del tiesto” sino porque creo que esta será la evolución natural del sector. Me imagino un equipo un poco más grande, no mucho, pero muy eficiente y creativo, tal y como es ahora. Me imagino clientes que hoy están a nuestro lado y que seguirán estando ahí entonces, pero también nuevos retos que hayamos afrontado en nuestro crecimiento empresarial y nos hayan permitido aprender nuevas habilidades y conocimientos. Me imagino una familia, tal y como la tenemos hoy, que crece de manera natural, sumando nuevo talento tanto joven como experto. Trabajando en equipo y disfrutando de cada proyecto que se nos pone delante. Aprendiendo de cada error, de cada desafío. Porque juntos, somos imparables y capaces de llegar donde los clientes necesiten que estemos.
Los antibióticos han sido la mejor herramienta para el combate de enfermedades infecciosas; por eso el peligro de las bacterias resistentes a los antibióticos puede convertirse en la crisis de salud número uno a nivel mundial. La innovación en la industria...