Actualmente, nos encontramos en un mundo dinámico, revolucionario e incierto, el cual ha hecho replantear modelos de negocio, adaptarse al cambio e incluso un nuevo paradigma en la realidad de muchas organizaciones. Sin embargo, ¿pensáis que se están ofreciendo modelos flexibles y en línea con las necesidades que demandan nuestras personas en las organizaciones de hoy en día?
El impacto en las personas: ¡todo suma!
Desde hace ya muchos años, afortunadamente en las organizaciones se vive y se trabaja la compensación como un punto estratégico y motivacional de las personas. De aquí, que haya pasado a conocerse de simplemente como Compensación, al famoso término de Total Rewards. Este concepto incluye todas las herramientas disponibles que una organización puede implantar y ofrecer para atraer, motivar y retener así a sus empleados/as y colaboradores.
Todos aquellos y aquellas que llevamos muchos años en el área de Recursos Humanos, hemos visto una gran evolución impulsada sobre todo por el mundo big data y analytics. La necesidad de tomar decisiones y construir una estrategia basada en evidencias y en el análisis, ha impulsado también la necesidad de introducir políticas más evolucionadas, creando así este encaje entre estrategia y necesidades de nuestras personas. Ahora contamos con datos para poder decidir y apostar por una estrategia u otra, siendo capaces así de poder comprobar su éxito y evolución.
Adicionalmente, ahora se trabaja muy de cerca y se dedican muchos esfuerzos orientados a que la experiencia del empleado para que esta sea lo más exitosa posible. Si profundizamos con que queremos decir exactamente con experiencia del empleado, podríamos definirla como el impacto acumulativo de las interacciones del empleado/a con la organización a lo largo de todo su recorrido profesional. Este impacto acumulativo es donde debemos trabajar. Todos y cada uno de los momentos por lo que pasa una persona en la empresa (Employee Journey) son críticos y, lo más importante, nos ofrecen muchísima información muy valiosa.
Además, esta experiencia del empleado debe de seguir una armonía. Piensa, si una persona en toda su carrera profesional con nosotros ha tenido una experiencia de éxito, pero el día que decide desvincularse voluntariamente, este proceso o pasos para la desvinculación no siguen esta armonía y no se realiza una desvinculación con éxito, ¿qué pensáis de este último impacto recibido? ¿haría que su opinión sobre la experiencia en nuestra compañía se viera sesgada y crear una opinión no tan satisfactoria como la que tenía hasta antes de desvincularse? Posible y lamentablemente, la respuesta sea afirmativa.
¿Compensación y teletrabajo a la carta?
Se encuentra muy implantado e interiorizado a nivel local, los paquetes de compensación donde se ofrece un salario fijo, un salario variable y, por otro lado, el paquete de beneficios (bajo el paradigma del Total Rewards). Este paquete viene definido y nos lo comunican en la carta oferta de nuestro proceso de selección. Vivimos ese momento en que aceptamos la oferta o, por el contrario, rechazamos si finalmente no cumple nuestras expectativas o necesidades.
Pero ¿y si pudiéramos elegir flexibilizar este paquete? ¿si hubiera opción a cambiar salario fijo por salario variable, por ejemplo? ¿Si este salario fuera intercambiable por opciones o participaciones en la compañía? ¿Si te dieran la opción de reducir tu salario fijo a cambio de conseguir un variable con expectativa de pago más potente? ¿Si del amplio catálogo de beneficios que ofrece la compañía fuera yo mismo/a quién seleccionara qué necesito y que importe quiero destinar?... ¿Cómo te suena la idea?
Por otro lado, dentro del término Total Rewards, se engloban también otros conceptos como la flexibilidad laboral y el teletrabajo/trabajo en remoto. En este sentido, los últimos años vividos nos han facilitado este camino y, en España, se ha interiorizado y aceptado esta práctica de trabajo que en el pasado era muy limitada y pocas organizaciones apostaban por incluirla en sus políticas y ofrecérselas para sus empleados/as.
No obstante, en línea con lo anterior ¿tiene el empleado/a la flexibilidad de elegir si trabajar desde tu casa o en remoto desde su ciudad natal, por ejemplo? Si es así ¿decide el formato y/o días? ¿Existe flexibilidad en la jornada laboral para adaptarla en función de tu conciliación personal y/o familiar? ¿Puede el empleado/a disfrutar de una modalidad u otra en función de la época del año, la necesidad temporal del momento o incluso hacer una solicitud de aplicación relativamente inmediata? Muchas de estas preguntas se han posiblemente planteado en algún momento desde la organización, siendo conscientes de que cada vez hay más necesidades y, sobre todo, la importancia para retener siempre el mejor talento.
En este aspecto, se hace también evidente la tendencia a que cada vez se ofrezcan más modelos de trabajo que incorporen estas variables, pero, una vez más, ¿es la empresa quién debe definirlo y procedimentarlo para directamente comunicarlo al empleado? Curioso cuando hablamos de flexibilidad el poner un proceso en ocasiones rígido tras ello o, ¿debería ser el empleado/a quien proponga y nos comunique su formato de trabajo? En este aspecto, se podrían encontrar además otras sinergias a explotar internamente como el empoderamiento que siente la persona siendo responsable de sus decisiones. Encontramos también otra ventaja competitiva como compañía, como la eliminación de preguntas, malestares y comentarios varios que habitualmente se producen por el sentimiento de que se haya tomado una decisión unilateral donde la persona puede no verse beneficiada.
Como veníamos comentando, en este mundo cambiante, dinámico y poco predecible, debemos trabajar continuamente para adaptar nuestras políticas y prácticas de empresa en función del momento y la necesidad. Ser ágil ahora es un requisito fundamental para tener éxito y, por ello, nuestras políticas deben ser creadas con un enfoque flexible y, por supuesto, con una puesta en práctica rápida y sencilla.
Por ello, se hace muy necesario abrir otros paradigmas y explorarlos a nivel organizacional. Soy partidaria y creo firmemente que el futuro próximo marcará la necesidad de ofrecer tantas alternativas, como necesidades tengan las personas. Hay quién le encanta ir cada día a la oficina, así como quién es más eficiente y su puesto de trabajo permite el remoto al 100%... ¿por qué no proporcionarlo? Nuestro trabajo desde la empresa se enfoca a poder ofrecerlo y, por supuesto, en encontrar ese encaje siempre entre lo que necesita el negocio versus las personas, acompañando en el proceso también del cambio cultural.
… ¡El mundo cambia y nosotros/as queremos acompañar a nuestras personas con el cambio!