En este mes de mayo ha tenido lugar en la sede de Barcelona de IESE un encuentro coordinado por Pedro Nueno (profesor de iniciativa emprendedora de IESE) con la colaboración del profesor Antonio Monge (director general de CIFA, Universidad de Navarra), que aglutinó a más de un centenar de profesionales vinculados a la industria farmacéutica. Durante todo un día se abordaron los temas claves que están configurando el desarrollo del sector frente al nuevo entorno que se perfila. En este artículo vamos a recoger alguna pincelada de las diversas ponencias en el orden que se sucedieron.
Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, abrió el encuentro exponiendo los enormes recursos precisos para el desarrollo de un nuevo fármaco y el elevado riesgo asociado a esta inversión. Análisis de alrededor de 10.000 moléculas para que una llegue al mercado, estudios clínicos con más de 5.000 pacientes, de 12 a 14 años de trabajo y proyectos valorados entre 600 y 800 millones de euros reflejan el enorme esfuerzo que supone la innovación en la industria. A continuación expuso los ejes que están marcando el desarrollo del sector, principalmente el fuerte incremento de los costes de la I+D y el éxito decreciente de ésta, la presión en precios por parte de las administraciones y los nuevos retos científicos. Datos sobre la industria en España reflejaron la fuerza y dinamismo del sector en nuestro mercado, donde contamos con la presencia de todas las compañías internacionales así como con una importante base de empresas de capital español, plantas productivas y centros de investigación. Precisamente, la investigación fue un apartado que mereció especial atención por parte de Humberto Arnés,quien expuso la magnitud de esta actividad en el conjunto de la economía nacional: el 18% del total, el primer sector en magnitud que agrupamás de 4.000 profesionales altamente cualificados. Seguidamente, expuso las principales prioridades estratégicas de la industria: creación de un marco regulatorio estable a medio y largo plazo, fijación de precios según la inversión en I+D,respeto por la propiedad industrial, unificación del mercado nacional (homogeneizando criterios de las CCAA), mejora de la eficiencia del SNS y fomento de la investigación en hospitales y centros públicos. Mención especial merece la urgente necesidad de armonizar la ley de patentes de nuestro país con la legislación europea hasta el año 2012.

(de izq a derecha) Prof. Antonio Monge / Maurici Lucena / Humberto Arnés / Pedro Nueno / Jean-Luc Bélingard. |
Rafael Manzanera, director general de recursos sanitarios del departament de salut de la Generalitat de Catalunya, focalizó su discurso en la realidad catalana, reconociendo que la legislación farmacéutica actual dista de la realidad empresarial y sanitaria, y defendiendo aspectos del nuevo proyecto en trámite parlamentario.
“Aportación del sector farmacia a la sociedad”
Acto seguido, Pedro Nueno, coordinador del encuentro, introdujo su ponencia revisando recientes portadas, artículos y titulares de prestigiosas publicaciones nacionales e internacionales que reflejan la mala imagen de la industria farmacéutica que transmiten los medios de comunicación de ámbito general y la crítica brutal que de ella realizan. En este sentido, existe una necesidad real de explicar a la sociedad qué es el sector farmacéutico y el beneficio que aporta a la salud de la población.

(de izq a derecha) Jaime Grego / Belen Garijo / Jorge Gallardo / Antoni Esteve / Pedro Nueno. |
El profesor Nueno presentó algunos aspectos del reciente estudio “Hacia una apuesta de futuro para el sector farmacéutico en España”. Entre ellos, destaca el efecto dinamizador que el sector farmacéutico ejerce sobre la investigación, su contribución a la creación de riqueza económica en el país y a la generación de empleo de calidad. El sector ocupa a una plantilla conjunta de 40.000 trabajadores, aunque si sumamos el empleo generado de forma indirecta e inducida, la cifra asciende a aproximadamente 200.000 puestos de trabajo de calidad. La actividad farmacéutica se caracteriza por su compleja dinámica competitiva. Las empresas del sector se mueven en un entorno cada vez más complejo, donde el coste de desarrollo de nuevas especialidades farmacéuticas es cada vez mayor, consume cada vez más tiempo, con una mínima proporción de compuestos investigados que llegan finalmente al mercado y que a veces tienen problemas para garantizar su rentabilidad. La prioridad por el corto plazo de los mercados financieros no contribuye a mejorar esta situación; aun así, las empresas del sector continúan invirtiendo en I+D.
Los países en desarrollo están atrayendo las inversiones del sector. Las actividades con menor valor añadido ya están al alcance de las economías emergentes, preparándose para acceder a la investigación y al desarrollo de ensayos clínicos. Los países desarrollados compiten por liderar la investigación; EEUU ha reaccionado y lidera la actividad investigadora del sector, siendo su mercado más dinámico que el europeo (con un fuerte incremento del consumo de biofármacos) gracias a un entorno que facilita la creación de empresas de base tecnológica (ecosistemas pull). Europa, todavía lejos de esta realidad, intenta reconducir la situación. La industria farmacéutica española es altamente sensible a los cambios del entorno global y está perdiendo competitividad.
El sector necesita un entorno estable a largo plazo. El ciclo de vida de los proyectos de la industria farmacéutica requiere de un marco regulatorio estable que incentive y atraiga recursos a un sector estratégico de la economía. Si pensamos en los 12 años de I+D y el tiempo que requiere recuperar esta inversión, y lo comparamos con los periodos legislativos del gobierno (4 años), vemos que en la vida de un producto puede haber por lo menos 3 procesos electorales, con los consecuentes cambios de políticas.
La industria farmacéutica debe verse como un valioso aliado y no como un generador de gasto para el sistema nacional de salud. La industria española está en una situación de relativa debilidad tanto respecto a los países en desarrollo (con ventaja en costes) como frente a países desarrollados que la superan claramente en innovación. Un marco de actuación sostenible deberá tener en cuenta la complejidad de la interacción entre la industria, el sistema público y la sociedad. Se debe establecer un amplio acuerdo entre instituciones, agentes sociales y empresas farmacéuticas con vocación de permanencia y estabilidad a largo plazo. Otros países europeos ya han avanzado hacia la creación de un entorno favorable para el desarrollo de la industria farmacéutica, mediante la constitución de consejos estratégicos que reconocen el importante papel de la industria como generadora de riqueza y dinamizadora de la actividad económica. En el Reino Unido se constituyó, en noviembre de 1999, la Pharmaceutical Industry Competitiveness Task Force (PICT) y en Francia, en septiembre de 2004, se creó el Conseil Estratégique pour les Industries de Santé. Estas iniciativas ya están dando resultados.
Como conclusión, se plantea el reto de estudiar a fondo los efectos agregados de las nuevas medidas del control del gasto sobre el conjunto de la sociedad y la necesidad de crear un entorno favorable para la industria, que fortalezca la cadena de valor, mejore los procedimientos administrativos de decisión sobre precios y reembolso, promueva un modelo más equilibrado de control del gasto que evite medidas discriminatorias y comparta los ahorros conseguidos con el sector privado.
Mesa redonda “El sector bajo la presión de la globalización y del control del gasto”
En esta mesa participaron los más altos responsables de cuatro empresas farmacéuticas bien conocidas en la escena empresarial española. En primer lugar habló Antoni Esteve, presidente de Laboratorios del Dr. Esteve, S.A. quien centró su intervención en el papel de la industria farmacéutica nacional, reiterando la necesidad de establecer un marco de actuación estable y duradero, que permita innovar con mayores garantías de éxito. El enorme esfuerzo en I+D requiere pensar a nivel global, ya que difícilmente rentabilizaremos la inversión exclusivamente en el mercado nacional, aunque es condición indispensable tener un elevado grado de éxito comercial en el mercado base como palanca para entrar en nuevos mercados. Esta es la “fórmula de las tres I”: innovación, internacionalización e implantación; las claves para el éxito del sector.
La industria nacional innova, como vemos en el liderazgo de la investigación farmacéutica frente al resto de sectores y el elevado número de patentes de productos depositadas en los últimos 10 años. Cabe destacar la aparición de nuevas formas de acceso al éxito de la I+D (creación de consorcios, partenariados publico-privados y alianzas estratégicas). Vemos también que el éxito de las novedades en I+D de los últimos años no siempre ha venido de la mano de las Big Pharmas, lo que nos hace pensar que el tamaño no es sinónimo de éxito. La selección de nuevas tecnologías de investigación (biotecnología genómica) nos debe llevar a un modelo deseado de I+D donde se reduzca el tiempo y los costes de la investigación aumentando las tasas de éxito.
El éxito en innovación es la plataforma clave para la expansión internacional, que puede venir de la mano de diversos modelos de negocio (estructura propia, distribución por terceros, alianzas estratégicas o transferencia de tecnología).
La implantación contempla la creación de las condiciones óptimas para tener éxito en el mercado base. Esto implica la existencia de un marco regulador estable con unas condiciones de reembolso suficientes para recuperar la inversión, incentivos a la investigación y la creación de infraestructuras de investigación, públicas y privadas.
A continuación, Belén Garijo, directora general de Sanofi-Aventis en España, abordó el tema desde la perspectiva de la industria farmacéutica europea, donde nos encontramos con un sector potente y de alto crecimiento que genera riqueza y empleo de calidad. Es un sector global e intensivo en innovación, que en Europa se encuentra en inferioridad de condiciones frente al entorno que podemos encontrar en EE.UU. (legislación laboral, sistema de precios, investigación fragmentada, descoordinación del sector público-privado, desprotección de la propiedad intelectual e industrial) lo que ha llevado a una pérdida del liderazgo innovador en los últimos diez años.
La globalización comporta una mayor facilidad para transmitir conocimientos y difundir la tecnología, pero también el riesgo de deslocalización de centros de producción y de investigación. En este entorno las empresas deben aprovechar las oportunidades de mercado y gestionar proactivamente los retos; las oportunidades vienen del desarrollo de soluciones a problemas de salud no resueltos, de las nuevas tecnologías y del crecimiento de los mercados emergentes. Los retos afectan principalmente al margen operativo de las compañías. La prescripción de fármacos genéricos y la limitación a la actividad comercial reducen los ingresos. Por otro lado, nos encontramos con un incremento de los costes comerciales y de investigación, así como una menor productividad de la I+D. Además, hay un importante cambio en la actividad comercial caracterizado, por el mayor poder de los mayoristas, una fragmentación del mercado nacional y una mayor cuota de mercado de los fármacos genéricos.
El modelo de negocio está cambiando muy rápido hacia otro que integra la aportación de salud con la sostenibilidad del sistema, mediante nuevas estrategias que cubran el gap que existe entre I+D y la fase de comercialización. Este salto se reduce mediante un análisis del portafolio de productos que nos facilite la concentración en áreas terapéuticas donde exista un potencial de retorno de la inversión, al satisfacer necesidades médicas no satisfechas. Una herramienta clave para afrontar este reto será la farmacogenómica mediante alianzas, fusiones o adquisiciones entre empresas biotecnológicas y farmacéuticas. Una nueva forma de comercializar esta tecnología pasa por una redefinición del papel de las redes comerciales, donde no va a ser tan importante el tamaño como la eficiencia y donde se demandan nuevos perfiles profesionales mucho más especializados. En marketing vamos a ver estrategias globales implementadas localmente, mediante proyectos personalizados que permitan segmentar la información basada en la evidencia a múltiples clientes, y nuevos canales de acercamiento al público general (direct to consumer).
Seguidamente tuvimos la oportunidad de conocer la estrategia de Leti, una empresa “gacela” caracterizada por incrementos anuales del 20%, de la mano de su presidente Jaime Grego. Leti desarrolla una estrategia llena de sentido común (el menos común de los sentidos), que consiste en aportar productosque ayuden a contener el gasto evitando la enfermedad (vacunas), detectándola a tiempo (diagnóstico), mejorando la funcionalidad del tratamiento o que no requieran financiación del sistema (autocuidado). Una empresa gacela busca la ventaja, eludiendo la competencia y llevando esta forma de hacer a los mercados internacionales para crecer, pero controlando los costes. Esta estrategia requiere del mejor equipo posible en cada momento, guiado por claros valores corporativos y con la ayuda de consejeros independientes que ejerzan una crítica constructivay aporten su valiosa visión estratégica. Una gacela debe enfocar la acción centrándose en lo que importa (cuota de mercado, productividad, rentabilidad y cash flow). El resultado son crecimientos en los últimos cuatro periodos superiores al 20% anual. Moraleja: seas león o gacela, en la sabana africana tienes que correr para sobrevivir.
Completó la mesa redonda la intervención de Jorge Gallardo, presidente de Almirall Prodesfarma S.A., quien comenzó planteando la idea de lograr que, en un encuentro de esta naturaleza, la industria transmita un mensaje común, claro y simple. Su ponencia trató sobre el principal eslabón de la cadena de valor del medicamento: la investigación, tanto desde el papel esencial que tiene en el modelo de negocio de la industria como en la necesidad de cuidarla y respetarla con medidas que protejan la propiedad intelectual e industrial. La innovación, hace unos años, era el motor de crecimiento de las empresas del sector y una palanca hacia la internacionalización de la industria de capital español. Las novedades terapéuticas facilitaban el incremento de la cifra de negocio sobre una cartera de productos que generaban ingresos estables. La experiencia de la pérdida de patentes sucedida en los últimos tres años, ha demostrado una pérdida de cuota de mercado de los productos tradicionales; el lanzamiento de productos innovadores logra conservar el volumen de ingresos más que generar crecimiento. La innovación que antes era clave para crecer, hoy lo es para no cesar la actividad.
La innovación española está presente en todo el mundo, tal como demuestra la presencia de un gran número de principios activos, investigados y desarrollados por empresas españolas, en los grandes mercados internacionales. Bajo el concepto de innovación, cabe diferenciar entre la innovación radical y la incremental. Mientras la primera abarca el desarrollo de nuevas categorías terapéuticas, la innovación incrementalcontempla el desarrollo de entidades me better (en contraste con el término me too). Este es un campo donde la investigación española tiene un elevado grado de competitividad y que incluye el desarrollo de nuevas entidades dentro de una categoría terapéutica ya existente, asociaciones de varios principios activos en un mismo medicamento, nuevas formas de dosificación y nuevas indicaciones de fármacos existentes.
Otro tema abordado por Jorge Gallardo fue la importancia de un buen sistema de patentes para incentivar la I+D. La patente es un premio a la asunción de riesgos por parte de una empresa, un premio que, a su vez, promueve el empleo y estimula la competitividad del sector. El desfase entre la legislación española y la europea es un desajuste que se arrastra desde que nuestro país se integró en la UE. Debemos extender los derechos derivados de las patentes de procedimiento a las patentes de producto, armonizando nuestra regulación con las directrices europeas. No hacerlo supondrá una pérdida de cuota de mercado para las empresas españolas, un incremento del comercio paralelo dentro del mercado comunitario y una merma del concepto “confianza-país” tan importante para nuestro mercado. También nos encontraremos con un freno a la inversión directa en nuestro país y un menor atractivo de nuestro entorno para la I+D europea. La elaboración del nuevo proyecto de Ley del Medicamento supone una oportunidadexcelente para introducir este cambio y corregir el desequilibrio actual.
“Las claves del éxito”
Bajo el título “Promoviendo la competitividad de la industria europea de la salud”, Jean-Luc Bélingard, presidente y CEO de Ipsen Group analizó las principales tendencias del sector en Europa, donde encontramos una demanda social de salud que excede los recursos para financiarla. En este escenario, la industria farmacéutica se percibe como una carga presupuestaria y no como un activo de la economía europea, lo que genera la aparición de medidas de control del gasto y un importante desarrollo del mercado de los genéricos en todos los países de la UE. Esto, junto a un incremento en los costes y una productividad menor de la I+D, compromete seriamente la rentabilidad de la industria. Tras analizar el peso del sector en la economía europea, vemos cómo el atractivo de Europa como lugar para invertir en I+D está amenazado por el liderazgo de EEUU en biofarma.
Para activar la competitividad del sector en Europa, se debe actuar en cada eslabón de la cadena de valor, no solo desde el sector sino en colaboración con las autoridades políticas. En el área de investigación, es preciso potenciar los activos disponibles y fortalecer los derechos de propiedad intelectual. Es preciso aumentar el atractivo de Europa como lugar para desarrollar investigación clínica, facilitando la organización de ensayos y creando centros de excelencia en una selección dehospitales. Hay que crear un entorno propicio para fortalecer la competitividad de las plantas de producción. Los procesos de registro se deben agilizar y armonizar entre todos los países miembros de la UE de modo que la innovación llegue lo más rápidamente posible al mercado. Por último, al comercializar la innovación, debe existir una política de precios que favorezca nuevas inversiones en I+D. El sector es el responsable de convencer de estos planteamientos tanto a las autoridades sanitarias como a la sociedad en su conjunto.
En el año 2004, se creo un grupo de trabajo denominado Conseil estratégique pour les industries de santé compuesto por el Primer Ministro francés, cuatro ministros (Economía, Salud, Investigación e Industria) y seis CEOs de las principales compañías farmacéuticas que operan en Francia, con el fin defacilitar propuestas al gobierno francés para desarrollar una política industrial estable y a largo plazo que anime a la investigación en Francia, para así crear un sector farmacéutico fuerte que contribuya de forma sólida al crecimiento económico sostenido del país.
Mesa redonda “Apoyando la industria y su I+D”
Humberto Arnés tomó de nuevo la palabra para desatacar la importancia del aumento del coste de I+D que, asociado a una decreciente tasa de éxito en los últimos años, está generando una reducción en el caudal de los pipelines que llega al mercado. Las medidas de contención del gasto no ayudan a crear un entorno estable que estimule la inversión en I+D.
Maurici Lucena, director general del CDTI, desarrolló su ponencia “Verdades y medias verdades” planteando los principales problemas de la economía española: estancamiento de la productividad, limitado esfuerzo inversor y baja inversión en I+D del sector privado. En este entorno encontramos al sector farmacéutico, donde es preciso innovar a altos costes y con una visión a largo plazo. Un sector de riesgo donde se ha entrado en una etapa de rendimientos decrecientes, caracterizada por una ralentización de las innovaciones y una nueva regulación de patentes que obliga a reconfigurar la cartera de productos y donde las pequeñas empresas van a tener un gran protagonismo en un entorno propicio a las estrategias de concentración y colaboración.
El papel del CDTI consiste en aumentar la competitividad de las empresas elevando el nivel tecnológico. Las ayudas asignadas en los últimos 5 años se han centrado en innovaciones incrementales (nuevas formulaciones, nuevas vías de liberación y desarrollo de formulaciones genéricas). Recientemente se ha puesto en marcha el programa CENIT, que comprende tres proyectos en el sector farmacéutico con una aportación global de 95 millones de euros (46% del presupuesto total del CDTI): Genius Pharma, Oncnosis y Nanofarma.
Antonio Monge, director general de CIFA (Universidad de Navarra) tomó la palabra para desrrollar su exposición “Una visión desde la Universidad y los centros”. Tras establecer la indiscutible relación entre investigación y medicamento, vemos cómo tras la explosión científica ocurrida el siglo pasado nos dirigimos a una nueva etapa donde la inclusión de diversas ciencias va a marcar el rumbo de la investigación. La I+D está en el entorno descrito en anteriores ponencias, ante lo que las empresas reaccionan con diversas estrategias de negocio (fusiones, diferenciaciones, reparto de riesgo, cesión de licencias), mejorando medicamentos ya existentes, identificando nuevas dianas desde la biología molecular y transfiriendo sus aplicaciones al campo de la clínica. La gestión de proyectos se convierte en la herramienta clave del desarrollo de estas nuevas líneas de investigación, y el benchmarking se impone tanto en la Universidad como en la empresa privada, aumentando el realismo de las diversas líneas de trabajo. El outsourcing se impone como una forma de reducir costes, acceder a nuevas tecnologías y potenciar a los profesionales.
La relación Universidad-empresa no acaba de funcionar debido a la incomprensión mutua de la realidad de cada institución y el desconocimiento recíproco de la importancia de las actividades desarrolladas en cada una de ellas. Las personas en cada ámbito tienen intereses distintos que no se han sabido integrar (visión economicista vs. científica del proyecto), pero la realidad impone que ambas se encuentren porque se necesitan y pueden resolver problemas juntas. Ambas instituciones ya se conocen y saben cómo trabajar juntas; es el momento de hacerlo; la sociedad y la administración son conscientes de la necesidad de esta relación. La I+D farmacéutica en soledad no tiene futuro ni para la Universidad ni para la empresa.
Mesa redonda “Gestionando la I+D para producir resultados”
Pedro Berga, director de gestión de I+D en Almirall Prodesfarma, argumentó su conferencia en torno a la necesidad de reducir el tiempo y el coste de los proyectos de investigación, minimizando los riesgos de un fracaso. Para ello es básico trabajar con la herramienta del project management, proceso que explica en detalle resaltando las labores de planificación, coordinación y seguimiento. Priorizar tras el análisis de la cartera de proyectos es clave para lograr el éxito y llevar rápidamente la investigación al mercado, logrando fármacos patentables en todo el mundo. Para ello se impone agilizar los proyectos de investigación colaborando con centros públicos, logrando acuerdos con empresas innovadoras, estimulando la creación de parques científicos y gestionando los proyectos con fuentes externas y acuerdos de colaboración. Pero más importante todavía es trabajar en un marco político y económico estable que facilite las condiciones adecuadas para desarrollar proyectos de investigación.
A continuación Jose Mª Giménez Arnau, chief scientific officer de Novartis, hizo una exposición sobre “aspectos clave de la investigación clínica”. Está demostrado que la productividad de la I+D en Europa es mejorable, hecho relevante al considerar la investigación clínica de forma aislada, ya que ésta supone el 73% del gasto total que la industria farmacéutica realiza en I+D en España. Pese a ello, podemos contrastar que el desarrollo clínico de fármacos no destaca como prioridad en los planes públicos de investigación biomédica, siendo financiada principalmente por el sector privado. Esto contrasta con el principal objetivo de la investigación, que es el beneficio del tratamiento sobre la enfermedad. Existe una nueva revolución terapéutica protagonizada por la genómica y la proteómica frente a un nuevo tipo de pacientes y enfermedades. Ante esta realidad la industria no ha dejado de investigar pese a obtener un declive en los resultados de este esfuerzo que cada día consume más tiempo y dinero. Existe la necesidad de crear un nuevo modelo de investigación clínica que reduzca los recursos empleados y permita el rápido acceso de las novedades terapéuticas al mercado. Para ello debemos lograr que la investigación clínica sea prioritaria y competitiva en nuestro país, mejorando la salud de las personas, optimizando el proceso asistencial y haciendo el sistema sanitario sostenible. Para hacer de España un país competitivo en investigación clínica debemos involucrar a todas las partes en el proyecto estableciendo un marco legislativo que facilite la innovación a largo plazo, reforzando las políticas de propiedad intelectual. Se debe incentivar la cooperación entre sector público y privado, creando redes de investigación con el apoyo explicito de la administración, que a su vez atraiga talento investigador.
Eduard Valentí, director de operaciones de I+D en Esteve, bajo el título “Los consorcios de investigación”, explicó en detalle el proyecto Genius Pharma dentro del programa de creación de Consorcios Estratégicos Nacionales de Investigación Tecnológica (CENIT). El proyecto tiene como objetivo desarrollar, consolidar y explotar, en el ámbito nacional, plataformas tecnológicas y buenas prácticas en el proceso de descubrimiento de medicamentos innovadores para el uso común de las compañías farmacéuticas implicadas. Genius Pharma es un proyecto a cuatro años dotado con un presupuesto de 36.700.000 euros subvencionado en un 46,6%. Las áreas terapéuticas que contempla son inflamación (con especial hincapié en enfermedades del sistema respiratorio y de la piel), síndrome metabólico y analgesia (dolor neuropático) y transplante de órganos y enfermedades autoinmunes. Todos estos son campos terapéuticos muy relevantes y prevalentes, donde se dan algunas patologías para las que no existe tratamiento adecuado en el mercado.
El proceso de I+D en este siglo esta viendo el protagonismo de nuevas plataformas tecnológicas que van a intervenir en todas las etapas del desarrollo de un medicamento: búsqueda y validación de nuevas dianas,búsqueda de estructuras, identificación de cabezas de serie, optimización de series, candidatos, desarrollo preclínico y estudios clínicos. El posible impacto que esto va a tener en los proyectos de I+D supondrá acortar la duración de los proyectos a la mitad, reducir los costes a la tercera parte y multiplicar por cinco las probabilidades de éxito. Un reto que justifica el esfuerzo común de Esteve, Almirall y Uriach en la creación de Genius Pharma.
“El valor social del medicamento” fue el título de la ultima exposición del encuentro a cargo de Regina Revilla, directora de relaciones externas y comunicación de Merck Sharp & Dohme. Tras revisar la evolución sufrida por la innovación farmacéutica en el último siglo y la reducción de la mortalidad y el aumento de la esperanza de vida que estos avances han supuesto para la humanidad, el sector farmacéutico está hoy en una encrucijada y con serios problemas de imagen ante la opinión pública. Hay que saber transmitir que los beneficios derivados de la investigación han supuesto un riesgo empresarial previo que el sector privado ha sabido gestionar en bien de la población. La ciencia y la industria farmacéutica recorren caminos paralelos ante un nuevo horizonte donde la farmacogenómicava a identificar nuevas dianas terapéuticas, personalizando dosis y tratamientos y cuantificando la predisposición de un individuo a padecer una enfermedad, hechos que van a suponer cambios relevantes en la práctica clínica.
Las nuevas plataformas tecnológicas van a permitir romper tendencias en el campo de la investigación, reduciendo tiempos e inversiones para una mayor tasa de éxitos. Esto lo demuestra el hecho que en EEUU de las veinte entidades aprobadas por la FDA en 2004, solo diez eran de Big Pharmas; el resto eran de empresas biotecnológicas que habían invertido en su desarrollo tres veces menos que aquéllas. No obstante, serán necesarias una seriede condiciones para que estas tecnologías tengan éxito: sistemas de salud eficientes, requisitos regulatorios adecuados y predecibles, mercados eficientes que asuman el coste de estas inversiones y una regulación efectiva de la propiedad intelectual.
El sector farmacéutico es un ejemplo de la responsabilidad social corporativa con un claro compromiso con la sociedad y cuidado, aplicando el más elevado nivel de prácticas éticas y transparencia en todos sus ámbitos de actuación.
Pedro Nueno clausuró el acto agradeciendo la participación de todos y animando a ponentes, asistentes y ausentes, a protagonizar un próximo encuentro del sector farmacéutico.