Industria farmacéutica: un mundo por descubrir
Decidí ser farmacéutico en el momento en que me salvaron la vida. Con 16 años, desarrollé una leucemia promielocítica aguda. Ingresé de urgencia en un hospital con el cuerpo cubierto de hematomas: el pronóstico no era optimista y el tratamiento tenía un inquietante parecido con la ruleta rusa. Era una...