Industria farmacéutica: un mundo por descubrir

Decidí ser farmacéutico en el momento en que me salvaron la vida.

Con 16 años, desarrollé una leucemia promielocítica aguda. Ingresé de urgencia en un hospital con el cuerpo cubierto de hematomas: el pronóstico no era optimista y el tratamiento tenía un inquietante parecido con la ruleta rusa. Era una enfermedad como tantas que en el pasado suponían una sentencia prácticamente inevitable, en este caso por muerte hemorrágica, hasta que posteriormente fue desarrollada una terapia oral dirigida que, junto con antineoplásicos (como la citarabina y la idarrubicina), transformaron una de las leucemias más letales en la enfermedad de su tipo con mejor pronóstico en adultos.

Somos conscientes de que el ser humano trabaja día a día para superarse a sí mismo y alcanzar límites que hace años se consideraban irreales. En el ámbito de la Salud, ha aumentado la calidad de vida, conquistando mayor cantidad de años de buena salud y un conocimiento cada vez más profundo de nosotros mismos y de nuestro entorno. La ciencia alcanza logros que casi parecen mágicos. La experiencia de mirar cara a cara a la muerte amplía esta conciencia del avance científico desde lo racional hacia lo emocional. Y en mi caso personal, fue en ese preciso momento en que el médico es el héroe que personaliza la lucha hasta el éxito, cuando percibí, como una revelación, el papel insustituible y esencial de los medicamentos en esta historia.

Siempre he sido un soñador. Me gusta avanzar. Los ojos están dispuestos para mirar hacia delante, hacia un futuro que me seduce, que quiero conquistar y del que me gustaría formar parte. Por este motivo, he buscado mi sitio dentro del sector Salud, con la ambición de descubrir caminos nunca transitados, del mismo modo que otros hicieron posible el que me ha dado la magnífica posibilidad de seguir viviendo.

Mi nombre es Martín Fidalgo Álvarez, soy farmacéutico y he decidido embarcarme en una industria impulsada por la innovación que, dando acceso a tratamiento a miles de millones de personas cada día, proporciona esperanza y vida.

Conviene detenerse un instante en estos dos conceptos: ESPERANZA y VIDA.

La Industria farmacéutica, lejos de ser un simple actor, es la piedra angular de este desarrollo, aumentando lo único capaz de hacer real la vida humana: el tiempo, ya sea mediante el descubrimiento de terapias innovadoras, o mediante la facilitación del acceso global a terapias otrora exclusivas.

Y es de la mano de Talento-EPHOS que he podido comenzar a dar forma a este sueño.

Talento-EPHOS es mucho más que una escuela de negocios: es la puerta de entrada para muchas personas que, como yo, quieren lanzarse de lleno a este ámbito profesional. Sus aulas nos acercan a ponentes cuyo valor va más allá de los temas que exponen: agrandan nuestra visión a través de la experiencia que transmiten, permitiéndonos superar nuestros límites personales hacia el ámbito inexplorado de una industria donde solo cabe crecer.

Hace ya seis meses que formo parte de Viatris como becario de marketing en una unidad de negocio que podría definirse como lo contrario a la monotonía. De la mano de mis compañeros y de mi tutora, he descubierto el interior de una compañía internacional cuyos valores “Own it”, “Be real”, “Stay agile” y “Take pride” se congregan alrededor de un lema apasionante: Juntos, somos más fuertes.

Trabajo en mi día a día con product managers que manejan un portfolio sumamente complejo, que combina genéricos, marcas consolidadas, fármacos hospitalarios, OTC e innovación. Y no sólo son excelentes profesionales, sino también, personas extraordinarias.

Me siento afortunado de formar parte de su equipo, de tener la oportunidad de desarrollar las tareas que me encomiendan y aportar esfuerzo, creatividad, dedicación y compromiso en un ambiente determinado por estímulos tan dispares que cada día es diferente al anterior.  Pero, sobre todo, porque el trabajo en equipo es una experiencia real y cotidiana; toda la unidad se vuelca en conocer los distintos eslabones que forman parte de la cadena de valor. Así, el marketing va más allá de la estética, del diseño y de las promociones atractivas: desarrolla el enfoque analítico, necesario para entender el mercado que se desea conquistar; aumenta la capacidad organizativa, indispensable para llevar a cabo tareas en paralelo, para coordinar eventos y ponentes de distinta naturaleza, y promueve las habilidades de comunicación y cooperación, para trabajar codo con codo con otros departamentos (médico, económico, regulatorio, etc.).

Soy consciente de que Viatris es mi primer paso en el mundo farmacéutico, un entorno repleto de identidades, de empresas con visión propia, con enfoques y culturas diferentes que conviven en el mismo mercado, haciendo que este sector sea aún más complejo y, por ello, más interesante y atractivo.

Querer entrar en la industria farmacéutica implica soñar con mejorar el mundo, tener ambición y fijarse metas para que los sueños lleguen a ser reales.

Acceder a este sector con Talento-EPHOS significa maximizar tu potencial, aprender desarrollando competencias y actitudes enfocadas a la práctica, formar parte de una comunidad con identidad propia que consolida y refuerza el tejido de la generación de profesionales a la que perteneces, que actúa como base y como acompañamiento, y que contribuye a impulsar tu carrera, poniendo a tu disposición la posibilidad de conquistar nuevos logros. En suma, supone fusionar el saber hacer de Talento-EPHOS con tu compromiso y esfuerzo personal para optimizar las posibilidades de un excelente futuro profesional. Esto requiere mantener la mente abierta y estar dispuesto a aprender, a ponerse en movimiento para iniciar un camino que, a partir del primer paso, se bifurca en infinitas posibilidades, desconocidas antes.

Si estás pensando en adentrarte en la industria farmacéutica, mi mensaje es sencillo y claro: Atrévete, da el paso y mira siempre hacia delante. Lo que sigue es lo mejor: vivir con pasión.