“No somos una herramienta más en la detección de lesiones a través de imagen; nuestro objetivo es ofrecer predicciones a partir de las que los profesionales sanitarios puedan tomar acción”.

“Uno de los principales desafíos en radiología es la necesidad de repetir exploraciones debido a la falta de calidad en las imágenes obtenidas. Con la implementación de soluciones basadas en IA en Point of Care, podemos optimizar este proceso”.

Quibim, una compañía nacida en Valencia y que opera a nivel internacional, ha desarrollado una herramienta pionera que utiliza Inteligencia Artificial para transformar datos obtenidos a través de imágenes de resonancia magnética, TAC y PET en predicciones que permiten a los profesionales sanitarios mejorar los resultados de los pacientes.

Su solución se centra en tres grandes áreas: cáncer, enfermedades autoinmunes y enfermedades del sistema nervioso central. El cáncer de próstata es una de sus indicaciones más destacadas: su modelo ha sido entrenado con biopsias prostáticas, confiriéndole una mayor especificidad y, sobre todo, un valor predictivo negativo notablemente elevado, lo que ha generado confianza entre los radiólogos. “Nuestra ambición es que la imagen médica contribuya a la prevención, permitiéndonos detectar enfermedades en su fase presintomática” afirma Ángel Alberich-Bayarri, fundador y CEO de Quibim.

A priori, se trata de un mercado atomizado en el que, en los últimos años, han emergido nuevos actores debido a la creciente inversión de capital. Sin embargo, no todos ellos han adquirido la estrategia de I+D y regulatoria adecuada para comercializar su producto. En este contexto, Quibim ha desarrollado, además del Software-as-a-Service para centros médicos, otro modelo de negocio que les diferencia de la competencia: acuerdos estratégicos con compañías farmacéuticas para incrementar el valor de los grandes volúmenes de datos de imagen médica que manejan. De esta manera, no solo compiten en un mercado de 1.500 millones de dólares, sino que aspiran a uno mucho mayor, el del desarrollo de herramientas diagnósticas en el sector biofarmacéutico.

Con ciclos de venta optimizados a entre 3 y 6 meses, Quibim ha logrado recientemente un promedio de entre 5 y 10 licencias mensuales, y ya ha alcanzado la cifra de 50 licencias en todo el mundo. Su facturación procede en un 70% de Europa y en un 30% de Estados Unidos, distribuyéndose al 50% entre ambos modelos de negocio.

Tras varias rondas de financiación pública y privada en los últimos años, Quibim, que ya dispone de un equipo de 90 personas, planea realizar el primer cierre de una Serie A de 13 millones en los próximos meses.

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