El vicepresidente de la FIP imparte la sesión ‘Visión internacional del farmacéutico comunitario: ¿una profesión sanitaria adaptada a los tiempos?’, para abrir el X Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios y II Reunión Internacional de Farmacéuticos Comunitarios, organizado por SEFAC

El evento ha reunido a alrededor de un millar de profesionales para compartir contenidos científicos, la práctica profesional y la actualidad sanitaria de la farmacia comunitaria

El vicepresidente de la Federación Farmacéutica Internacional (FIP, por sus siglas en inglés), Lars-Åke Söderlund, ha puesto en valor la figura del farmacéutico comunitario en la conferencia titulada ‘Visión internacional del farmacéutico comunitario: ¿una profesión sanitaria adaptada a los tiempos?’, patrocinada por Alliance Healthcare. La ponencia ha marcado el pistoletazo de salida del X Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios y II Reunión Internacional de Farmacéuticos Comunitarios, organizado por SEFAC, que ha reunido a alrededor de un millar de profesionales del sector, con el objetivo de compartir contenidos basados en la evidencia científica, la práctica profesional y la actualidad sanitaria de la farmacia comunitaria.

En su discurso inaugural, Söderlund ha defendido que “la farmacia tiene que formar parte de la Estrategia Nacional de Salud”. “Los farmacéuticos contribuyen a la cobertura universal de salud, al aumentar la efectividad de la atención y reducir los costes y riesgos en el uso indebido de productos de cuidado personal, mejorando los resultados de la terapia establecida”, ha sostenido. En la misma línea, el vicepresidente de la FIP ha afirmado que “detrás de cada medicamento hay mucho más y la labor de cada profesional farmacéutico constituye la gran aportación global de la farmacia al Sistema Nacional de Salud, sistema que, en todos los países, es un pilar del estado del bienestar, de la cohesión social y de la lucha contra la desigualdad”.

Con respecto a la COVID-19 y su impacto en el sector farmacéutico, Söderlund ha explicado que “la emergencia sanitaria ha obligado a que se reconozca el liderazgo de la farmacia y la necesidad de explorar nuevas formas de trabajar”. El ponente ha hecho especial hincapié en que “los establecimientos farmacéuticos han demostrado ser un pilar básico y un recurso en la lucha contra el virus, no solo porque la cruz de la farmacia nunca se ha apagado, sino porque la botica se ha convertido en un recurso esencial de la nueva normalidad”.

La farmacia del futuro
Asimismo, para el vicepresidente de la FIP, “la pandemia ha sido un gran desafío, que ha revolucionado por completo la práctica farmacéutica y ha provocado cambios en la demanda de los servicios, tras la saturación de la Atención Primaria”. En palabras de Söderlund, esta crisis ha supuesto una oportunidad para la profesión farmacéutica en este sentido y no hay forma de volver hacia atrás.

La farmacia, en su opinión, es y continuará siendo el escenario de un cambio que parece permanente, materializado en nuevas formas de trabajar. Estas nuevas prácticas se caracterizarán por mejorar la colaboración con los profesionales sanitarios; un papel más amplio en la Atención Primaria; más consultas farmacéuticas a distancia; recetas electrónicas y una mejor conectividad informática; horarios flexibles de apertura; entrega a domicilio; y nuevos servicios digitales, entre otros aspectos.