
El acceso a los tratamientos antirretrovirales para el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y la mejora de la calidad de vida de las personas con VIH ha supuesto enormes avances. A pesar de ello, la condición de vivir con VIH a menudo sigue sin ser comprendido, lo que puede tener un impacto perjudicial en la calidad de vida de las personas.
Esto se refleja en las últimas directrices emitidas por ONUSIDA, el programa conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/sida, que ha incorporado en la línea de prioridades la mejora de la calidad de vida.
Del hospital al entorno comunitario: el potencial de CAB+RPV LA en la atención descentralizada del VIH
Para ello, la implementación del tratamiento en entornos no hospitalarios representa una oportunidad en la mejora de curas de las personas con VIH, ya que, además de proporcionar un entorno seguro para ellas, podría permitir una mayor asistencia del paciente, una mejora en la adherencia al tratamiento y mejoras psicosociales.
Por otro lado, desde la reciente incorporación al sistema sanitario de las terapias antirretrovirales de acción prolongada para esta infección, como las formulaciones inyectables de cabotegravir y rilpivirina (CAB+RPV LA), estas han representado un gran avance: desde reducir la frecuencia de dosificación del tratamiento, mejorando la comodidad hasta en la calidad de vida de las personas.
Sin embargo, la evidencia sobre la viabilidad de descentralizar este tratamiento en España sigue siendo escasa. Por ello, desde la Fundación Lucha contra las Infecciones tenemos el objetivo de implementar un enfoque compartido para la administración del tratamiento con atención primaria y centros comunitarios, con el fin de mejorar la satisfacción del paciente y el compromiso con la comunidad, mientras se mantiene una atención médica de alta calidad.
El estudio HOLA, viabilidad de la administración en entornos alternativos
En este sentido, hemos llevado a cabo el estudio HOLA que evalúa la viabilidad, aceptabilidad y seguridad de la administración de CAB+RPV LA en estos entornos alternativos en España, especialmente en centros de atención primaria y comunitarios y, en particular, un subestudio que permite evaluar la estrategia de implementación.
A pesar de que los resultados finales del estudio están pendientes de publicación, creemos que es de vital importancia trasladar las pautas de implementación a otros centros que se puedan beneficiar de estas medidas. Los datos del subestudio han sido recientemente publicados en la revista Viruses y dotan de un marco de implementación de CAB+RPV LA en centros no hospitalarios.

Claves de la administración compartida en centros comunitarios y de atención primaria
Para recopilar datos sobre las barreras y los facilitadores de la implementación de CAB+RPV LA en centros ambulatorios alternativos, realizamos entrevistas a 13 miembros del personal que participaron en el estudio HOLA.
Los resultados revelan cinco factores principales a considerar para la implementación:
- Adaptaciones operativas y de infraestructura: implica la necesidad de adaptar los espacios físicos de los centros no hospitalarios, adquirir equipamiento específico y desarrollar circuitos que garanticen la correcta administración y conservación del medicamento. La cadena de frío y la seguridad en el transporte son claves para asegurar un tratamiento adecuado.
- Gestión integrada de recursos humanos y organizacionales: por otro lado, la implementación del tratamiento requiere una reorganización del personal y formación específica en los centros, especialmente en aquellos con poca experiencia en VIH. También es necesario redefinir roles y crear nuevas figuras de coordinación.
- Necesidad de coordinación y seguimiento: sería conveniente realizar cambios en la gestión de citas y en los sistemas de información para garantizar la eficiencia y la adherencia al tratamiento. Para hacerlo, proponemos flexibilizar horarios y mejorar la comunicación con los pacientes, por ejemplo, mediante aplicaciones móviles. Esto se podría hacer siempre teniendo en cuenta las ventanas de administración de la medicación y el seguimiento de los efectos adversos.
- Actitudes profesionales y clima laboral: también es importante tener en cuenta la variedad de actitudes ante el cambio, desde el entusiasmo hasta la resistencia por miedo a lo desconocido. El liderazgo positivo, el enfoque participativo y el apoyo institucional son fundamentales para una implementación exitosa de este tratamiento.
- Experiencia del paciente y necesidades percibidas por los profesionales: se necesita prestar atención a la accesibilidad y preferencias del paciente y a la adaptación al nuevo modelo de atención y tratamiento, valorando en todo momento ciertos aspectos psicosociales como la confidencialidad, el estigma vs. anonimato o la normalización.

Este es un resumen de los principales pasos para que cualquier centro no hospitalario pueda administrar adecuadamente el tratamiento sin riesgos para los usuarios. No obstante, cualquier adaptación debe adaptarse al contexto específico en el que se implementa.
Además, debido a la complejidad de la condición, es de suma importancia la capacitación del personal sanitario y administrativo también en los aspectos psicológicos que acompañan al diagnóstico, así como un buen vínculo profesional-paciente y una comunicación frecuente.
En definitiva, un enfoque colaborativo con atención primaria y centros comunitarios es beneficioso para todos. Eso sí, conlleva adaptaciones operativas y de infraestructura integrales, la capacitación adecuada del personal y el entorno profesional de apoyo necesarios para la implementación exitosa de CAB + RPV LA, al tiempo que se debe considerar las necesidades de los pacientes durante todo el proceso de externalización.
Si bien hay algunos cambios estructurales que pueden ser un desafío dependiendo de la infraestructura existente de cada centro ambulatorio alternativo, el marco de implementación que hemos elaborado puede ser de gran ayuda para identificar paso a paso las barreras y facilitadores que se pueden encontrar y ayudará en el proceso de resolución.