Cuando hablamos de publicidad de salud damos por sentado que hay que informar, desde el rigor y la seguridad olvidándonos que trabajamos con marcas y productos que, cada vez más, necesitan conectar con un consumidor cada vez más saturado. El humor, se vuelve un aliado perfecto para diferenciarnos y ser recordados.

Cuando pensamos en publicidad de salud, nuestra mente tiende a imaginar anuncios llenos de datos, términos técnicos y explicaciones detalladas de cómo un producto puede aliviar un síntoma o mejorar la calidad de vida. Este enfoque tradicional, basado en la seguridad y el rigor, ha sido durante décadas el estándar del sector. Sin embargo, en un mercado donde las marcas farmacéuticas y de cuidado personal compiten ferozmente por la atención del consumidor, informar ya no es suficiente. La conexión emocional se ha convertido en un requisito indispensable para diferenciarse y, en este contexto, el humor emerge como un recurso poderoso. No solo ayuda a las marcas a destacar entre la saturación publicitaria, sino que también crea vínculos más significativos y duraderos con el público.
Un caso reciente es el vivido con la última campaña lanzada para Daflon, un producto para piernas cansadas y hemorroides. El brief a la agencia nos ponía de relevancia dos problemas muy claros: un mercado saturado y un presupuesto limitado para medios. Desde marketing, Cristina Herranz, nos trasladó la necesidad de crecer en cuota de mercado captando nuevos consumidores. Nuestra propuesta se basó en tres claves: mantener la plataforma creativa “Siéntete Imparable”, crear un universo visual muy potente, reconocible, diferenciador y adoptar un nuevo tono de comunicación donde el humor fuese el vehículo de toda la campaña. Esas tres claves nos permitieron crear una campaña en el que el consumidor estaba en el centro, recreando situaciones muy cotidianas en las que el “cuerpo nos habla” y merece ser escuchado.
.jpg)
Un trabajo conjunto en el que marca y agencia se convierten en un solo equipo, pero sobre todo la valentía de una marca en asumir el riesgo del cambio en un sector no tan acostumbrado a cambiar. El resultado fue un aumento en la notoriedad de la marca y un impacto directo en las ventas. Sin duda se ha establecido una conexión entre marca y consumidores gracias al humor. Este cambio no implica abandonar el rigor ni la precisión, sino complementarlos con una dosis de creatividad y empatía. Las marcas que se atreven a explorar este terreno, como Daflon, están demostrando que el humor puede ser tan efectivo como cualquier dato técnico cuando se trata de construir confianza con el consumidor.
Entre el rigor y la conexión
El sector de la salud ha construido históricamente su publicidad en torno a pilares como la confianza, la precisión y la claridad. Esto tiene sentido, dado que los productos y servicios de salud están estrechamente relacionados con el bienestar de las personas. Los consumidores buscan seguridad, información confiable y soluciones claras a problemas concretos. Sin embargo, este enfoque tiene sus limitaciones.
El desafío actual no es solo informar, sino establecer un vínculo emocional. Aquí es donde el humor puede marcar la diferencia. El humor tiene un efecto universal: genera emociones positivas, reduce tensiones y facilita la comunicación. Estas cualidades lo convierten en una herramienta particularmente efectiva en publicidad, incluso en sectores como la salud, donde tradicionalmente no se ha explorado a fondo a pesar de traernos grandes ventajas:
Rompe barreras psicológicas
Hablar de salud puede ser incómodo, especialmente cuando se trata de temas tabú como problemas digestivos, hemorroides o incontinencia. El humor permite abordar estos temas de manera ligera y accesible, facilitando que el público se sienta identificado sin vergüenza.
Genera memoria de marca
Los anuncios humorísticos son más recordados que los mensajes serios. Una campaña que hace reír o incluso sonreír tiene más probabilidades de permanecer en la mente del consumidor.
Fomenta la viralidad
En la era de las redes sociales, los contenidos humorísticos tienden a compartirse más. Esto amplifica el alcance de una campaña sin necesidad de incrementar significativamente el presupuesto publicitario.
Humaniza a la marca
El humor aporta un toque humano, mostrando que una marca entiende las preocupaciones cotidianas del consumidor y se comunica en su mismo idioma.

El humor está redefiniendo las reglas de la publicidad en el mundo de la salud. Lejos de ser un recurso superficial, se trata de una herramienta estratégica que ayuda a las marcas a destacar, conectar y ser recordadas en un entorno saturado. Para lograrlo, es necesario un enfoque cuidadosamente diseñado que equilibre la creatividad con la precisión, manteniendo siempre la confianza del consumidor como prioridad. En un sector donde la competencia por la atención es feroz, el humor no solo aligera los mensajes, sino que los hace más humanos, memorables y relevantes. El futuro de la publicidad de salud pertenece a quienes se atrevan a innovar, conectar y hacer reír, demostrando que incluso en los temas más serios hay espacio para una sonrisa.