He iniciado este texto con muchas preguntas, seguro que muchos os habréis preguntado cosas parecidas en algún momento y es sorprendente que en una industria tan tecnificada y con tanto talento aun tengamos que pensar en ello, lo normal sería que esto fuera la excepción pero por desgracia es más común de lo que imaginamos.

Para empezar la contratación, en mi anterior publicación hablaba de los cambios a la hora de reclutar y la necesidad de buscar candidatos que aporten otras cosas que no solo títulos, gente con capacidades como aprender rápido, aportar ideas, autocrítica, etc… que den un poco más que solo formación. Llegados a este punto y suponiendo que tenemos ese candidato “bueno” que tiene aptitudes y que puede desarrollarse, ¿Qué tipo de relación establecemos con él? Simplemente es uno más o vamos a potenciar sus capacidades y ayudarlo a crecer.

Las personas preparadas asustan, mucha gente tiene miedo a que esa persona destaque y le quite el sitio, esto es curioso porque si uno está seguro de lo que hace, y lo hace a conciencia, es muy difícil que nadie lo ponga en riesgo, y si lo pone, es porque su trabajo no estaba siendo el adecuado. Por otra parte para que contratamos gente tan preparada y después no les dejamos crecer, qué sentido tiene que pidamos carreras, masters, idiomas, etc… y después les digamos que esta es la línea y no te puedes salir, es muy frustrante. 

El miedo es un mal consejero y nunca nos hace tomar la decisión correcta, cuando trabajamos para una empresa y tenemos responsabilidad, debemos ser prudentes, no miedosos, y esto se aplica a todo en nuestra gestión,  ser prudentes con nuestros clientes y decirles lo que nos parece sin miedo y con la seguridad que sabemos lo que estamos diciendo, dar visibilidad a nuestro equipo y no temer que destaquen, su éxito es nuestro éxito, debemos aprender a que un equipo mejor que tu te hace crecer a ti como profesional y si no tienes esa capacidad quizás el problema seas tú.

Cada año tod@s pasamos un examen de nuestro trabajo y eso no nos debe preocupar o angustiar si estamos trabajando bien, y eso significa que cada cosa que hacemos o decidimos tiene un motivo, es posible que otros tengan ideas mejores, pero no son caprichosas en ningún caso y las hacemos porque pensamos que son la mejor alternativa. Cuando los profesionales no hacemos cosas nuevas o tomamos alguna decisión difícil, no estamos haciendo nuestro trabajo. La otra forma de enfocarlo es la de un antiguo presidente de España “No hacer nada, es hacer algo en si mismo” lo que viene a decir, confúndete con los muebles y que nada sea tu responsabilidad, y si algo no va bien, busca un culpable!!!

En mi ya larga carrera he tenido ocasión de coincidir con todo tipo de personas, y por suerte todas me han enseñado algo, bueno o malo, “profesionales” que su único objetivo era que cuando venían a trabajar contigo el problema era que no “rompieran nada” y otros que te ayudaban, que te hacían participe de las decisiones, que pedían ideas y las ponían en práctica o sencillamente trasladaban lo que funcionaba de un delegado al resto para compartir esas buenas practicas.  

Si queremos tener a nuestros equipos motivados y dando el máximo, es fundamental la participación del equipo en todas las fases del proceso de ventas, estrategia, medios, mensajes, etc… al final ellos están en contacto diariamente con los clientes y son los que conocen mejor que nadie las necesidades de los mismos, esto tiene ventajas ya que genera un compromiso muy grande, les da oportunidad de destacar y de tener un gran reconocimiento, base fundamental de la motivación, tod@s queremos ser reconocidos.

Respecto al miedo de nuestros superiores a que los demás destaquen, es un síntoma de debilidad que el equipo percibe y que no hace más que desmotivar, tener un jefe con miedos es una de las peores situaciones que puedes tener, yo lo he sufrido durante 8 años y terminó con el equipo deshecho y que cada pocos meses alguno abandonaba la empresa, es importante recordar que el principal motivo de cambio es la relación con tu jefe.

Con los años uno se da cuenta que cuando mejor es el equipo, más preparado y más participe, mejor serán los resultados, y más y mejores jefes aprenderemos a ser, nuestra función como managers es hacer que ellos crezcan y que cada vez sean más independientes y mejores profesionales, que aporten soluciones y no problemas, que den ideas nuevas y creativas, esto no quiere decir que no tengan que seguir unas directrices maestras, pero con la posibilidad de adaptarlo a sus clientes y aprovechando su oportunidad en cada interacción.

En resumen, debemos estar seguros de nuestro trabajo y tomar las decisiones que creamos oportunas para conseguir nuestros objetivos, dar visibilidad a nuestros equipos, eso además de motivarlos los va a comprometer más con la empresa, pedir su colaboración y participación cuando vayamos a realizar el plan de marketing y tener en cuenta sus aportaciones, siempre siguiendo la línea del producto, y el miedo dejarlo a un lado ya que solo nos va a perjudicar, nada es más gratificante que delegados que has seleccionado y formado tu lleguen a puestos de responsabilidad, eso es un bomba de motivación para uno mismo que no tiene comparación.