La farmacovigilancia es una responsabilidad compartida por las autoridades competentes, los laboratorios farmacéuticos, y los profesionales sanitarios. En complemento de los servicios tradicionales de Farmacovigilancia centrados en la Ficha Técnica del medicamento, la adopción de las tecnologías de la información permite una promoción 360 del uso racional en beneficio de la seguridad.
1. La Ficha Técnica alimenta sistemas de información y de Inteligencia Artificial
La modelización del conocimiento de las Fichas Técnicas con terminologías interpretables por máquinas abre un nuevo potencial: asimilar grandes cantidades de datos para correlacionarlos con el perfil fisiopatológico del paciente en el punto de atención y predecir eficazmente las RAM y posibles errores de medicación.
La difusión online de las Fichas Técnicas está a cargo del CIMA y de Vademecum.es que garantizan una exposición segmentada máxima de los contenidos. Desde hace más de diez años Vademecum indexa adicionalmente el conocimiento farmacológico del MSSSI (AEMPS, Dirección Farmacia y CNR) a información clínica oficial y EBM para difundirlo en los principales sistemas de historia clínica del SNS asociado a módulos de ayuda en la toma de decisión clínica.
2. Automatización inteligente del tratamiento de las RAM
Una reciente ilustración del aprovechamiento de las tecnologías de la información por parte de la AEMPS es el trabajo de modelización del conocimiento clínico del apartado de reacciones adversas de las Fichas Técnicas (terminologías MedDRA) orientado al consumo por máquinas (http://www.seis.es/imagenes/REVISTAS/127.pdf). El primer beneficio esperado es una detección más precoz de RAM no recogidas en la Ficha Técnica por parte de la agencia, además la explotación de algoritmos de combinaciones léxicas abre un campo de explotación en Inteligencia Artificial, Data Analytics casi ilimitado.
3. Servicios externos de difusión de las RAM
El titular de la autorización está obligado a proporcionar de forma continuada la mejor información posible sobre la seguridad de los medicamentos (RD Legislativo 1/2015 de 24 de julio, BOE del 25). Con una demanda creciente de monitorización y de seguridad del medicamento, las unidades de farmacovigilancia de las multinacionales farmacéuticas se apoyan cada vez más en actores digitales externos que les brindan una alta eficiencia operacional. Como lo podrán leer en las entrevistas que siguen, cuanto más grande el esfuerzo de comunicación de los RAM, menos coste para las autoridades sanitarias, para el TAC y más beneficio para los profesionales de la salud y pacientes.
Caso práctico:
Hace 60 años tanto las Autoridades como los Laboratorios solo tenían el Vademecum Internacional impreso para difundir la información técnica. En 2018, el abanico de soluciones digitales que nos ofrecen los canales de difusión de información de medicamentos permite no solamente comunicar digitalmente las RAM (en programas de historias clínicas, apps, notificaciones push, webstites, newsletters, e-mailings y redes sociales) sino también medir el impacto de las acciones y la memorización de los mensajes y prevenirlas en cada punto de información de medicamento.
Durante el pasado mes de noviembre, VIDAL llevo a cabo en Francia una campaña multicanal para fomentar el cumplimiento de las prácticas seguras de prescripción de Nitrofurantoína. Publicó recordatorios en todos sus canales digitales: envió un emailing a 27.000 médicos registrados, publicó la alerta en su Newsletter suscrita por 44.000 médicos y habilitó un pop-up dentro de los programas de prescripción de atención primaria. Una semana después, tras una encuesta a 100 prescriptores de la muestra, el 13% consultó el recordatorio incluido en la Ficha Técnica publicada en la web de VIDAL, el 15% activo el pop-up en su programa de prescripción, el 38% leyó el artículo sobre la Nitrofurantoína en la newsletter el 52% memorizó el emailing.
Con una audiencia verificada con la OMC de 105.000 médicos españoles, Vademecum brinda a la Industria el poder de actuar para fomentar el uso racional con herramientas puntuales (emailing, e-boletín) reforzadas por elementos de fondo a disposición permanente del prescriptor (Ficha Técnica en Vademecum.es y Noticias Contextuales) publicados donde él busca la información.